¿Qué hay detrás de la famosa tormenta de Santa Rosa que cada año aparece a fines de agosto en Argentina? ¿Es un fenómeno natural, una coincidencia o una historia religiosa que se convirtió en tradición popular?
Cuando tuve la oportunidad de viajar a Perú me encontré no solo con el verdadero origen de esta tormenta que muchos esperan —y otros temen— cuando se acerca el final del invierno, sino con la mismísima Santa Rosa (una parte significativa de sus restos se encuentra en el convento de Santo Domingo en Lima).
Quién fue Santa Rosa: la leyenda sobre la tormenta
La historia comienza con Isabel Flores de Oliva, más conocida como Santa Rosa de Lima, la primera santa de América Latina. Nacida en Perú en 1586, Rosa fue canonizada por la Iglesia Católica por su vida de entrega y oración.
La leyenda dice que una fuerte tormenta azotó Lima y evitó que piratas atacaran la ciudad, este habría sido un milagro producto de la fe de Santa Rosa.
Desde entonces, cada año, entre fines de agosto y principios de septiembre, se espera la llamada “Tormenta de Santa Rosa”, como un presagio climático que mezcla fe, historia y meteorología. Esta tormenta pasó de Perú a Argentina y ahora es muy famosa en el país.
Qué dice la ciencia sobre esta tormenta
Más allá del mito, los meteorólogos explican que no hay una tormenta única ni puntual que se repita exactamente todos los años en esa fecha. Sin embargo, es cierto que, estadísticamente, durante la última semana de agosto es habitual que se produzcan tormentas eléctricas en varias regiones de Argentina, debido a la transición entre el invierno y la primavera.
En esa época, las masas de aire cálido comienzan a chocar con las últimas olas de aire frío, y eso genera inestabilidad atmosférica, sobre todo en el centro y norte del país.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, en un 50% de los años se han registrado tormentas entre el 25 de agosto y el 2 de septiembre, pero no siempre con la intensidad que se le atribuye popularmente.
¿Por qué sigue viva esta tradición?
Como ocurre con muchas creencias populares, la Tormenta de Santa Rosa sobrevivió gracias a la transmisión oral y al fuerte vínculo entre religión y clima que caracteriza a muchas culturas. La figura de una santa protegiendo a una ciudad mediante un fenómeno natural reforzó la idea de que los milagros pueden manifestarse en la naturaleza.
Además, el hecho de que agosto sea un mes climáticamente inestable ayuda a que la “profecía” se cumpla con cierta frecuencia, alimentando el mito cada año.
¿Qué podemos esperar en 2025?
Aunque los meteorólogos aún no pueden prever con certeza el clima para fines de agosto, se espera un año con mayor actividad eléctrica debido al fenómeno de El Niño, que suele provocar tormentas más intensas en el centro del país.
